sábado, 25 de mayo de 2013

A Domingo Ortega


Domingo, ancha es Castilla en tu muleta,
por el mar de tu capa y de tu espada:
la tempestad, si táurica, es domada
y a tu indomable corazón sujeta.

Juego infalible que a la muerte reta
con tu alamar, burlando la cornada,
mariposa que vuela invulnerada
y al toro, entre sus giros, desjarreta.

Domingo, ancha es Castilla si desplomas
al toro, con tu lidia y con tu acero,
cerviz que, estoqueada, se te humilla…

Un círculo de unánimes palomas
y el vuelo al redondel de mi sombrero,
proclama que, ante ti, ancha es Castilla.


                                                       Adriano del Valle

miércoles, 15 de mayo de 2013

El picador


Con el hirviente resoplido moja
el ronco toro la tostada arena,
la vista en el jinete, alta y serena,
ancho espacio buscando al asta roja.

Su arranque, audaz a recibir se arroja
pálida de valor la faz morena,
e hincha en la frente la robusta vena
el picador, a quien el tiempo enoja.

Duda la fiera, el español la llama,
sacude el toro la enastada frente,
la tierra escarba, sopla y desparrama;

le obliga el hombre, parte de repente,
y herido en la cerviz, húyele y brama,
y en grito universal rompe la gente.


                                                       José Zorrilla

domingo, 5 de mayo de 2013

Antonio Ordóñez


Estaba la verónica esperando
que se abriese un percal con maestría
y le diera a la sal de Andalucía
coraje y miel que andaban ya faltando…

Estaba la muleta -¿desde cuándo,
desde Juan y José…?- sin luz ni guía,
sin saber a qué joven dinastía
la Tauromaquia ofrendaría el mando…

Y de Ronda llegó el que, en una sola,
viejas escuelas junta al nuevo modo,
¡y Córdoba y Sevilla, enmudecieron!

Y una espada con temple a la española,
mostró que Antonio Ordóñez lo era ¡todo!,
¡señor y rey tras los que ayer lo fueron!


                                                       Rafael Duyos